Vive con sus dos perros y una gata siamesa en una casa a los pies de una montaña, donde asegura encontrar la verdadera libertad. Además de escribir, Olivia toca el bajo en algunas bandas de indie rock y cada tanto viaja de mochila al hombro. Ha recorrido cerca de 15 países, pero su favorito sigue siendo Colombia, que empezó a conocer mejor cuando quiso reescribir las leyendas populares. Vivió unos meses en Nueva York y allí tomó clases de Kung...
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