Por 50 años se desempeñó como CEO de CISNEROS, una empresa privada con cerca de 100 años de experiencia operando negocios a nivel mundial. En su rol como director ejecutivo, priorizó el desarrollo estratégico de CISNEROS para potenciar el perfil de América Latina en el escenario mundial, promoviendo la educación, los principios de la democracia y de la libertad individual.
También fue miembro de la Junta Directiva de Barrick Gold Corporation y director de la Junta Global de Asesores del Council on Foreign Relations, entre otras funciones. Por varias décadas, ocupó una amplia variedad de cargos directivos y de liderazgo en organizaciones destacadas en América Latina, Estados Unidos y España, en el sector privado, organizaciones sin fines de lucro, centros académicos e instituciones culturales.
Junto con su esposa, Patricia Phelps de Cisneros, estableció la Fundación Cisneros, una institución privada sin fines de lucro dedicada a mejorar la educación en América Latina y a fomentar el conocimiento global sobre las contribuciones de América Latina a la cultura universal.
“Mi familia y yo nos sentimos muy afortunados que la sabiduría y el entusiasmo de mi padre por los nuevos retos —tanto en los negocios como en la vida— pervivan en este valioso regalo para guiarnos en el futuro”.
ADRIANA CISNEROS
A los 18 años, Diego Cisneros reunió todos sus ahorros para pagar la cuota inicial de un camión, en Caracas. Nunca imaginó que este sería el primer paso para construir una compañía familiar que ha crecido y se ha transformado y reinventado un sinnúmero de veces a lo largo de un siglo, hasta convertirse en un conglomerado transnacional que hoy cuenta con participación en más de 30 empresas de los sectores de la comunicación, las telecomunicaciones, la publicidad, el turismo y el desarrollo inmobiliario.
En estas páginas, Gustavo Cisneros hace una crónica del proceso de transformación empresarial que ha tenido la Organización Cisneros desde su fundación (a manos de su padre, Diego), pasando por su propio liderazgo y hoy en día bajo la dirección de su hija Adriana. Un caso de éxito empresarial fascinante, lleno de lecciones para triunfar en un mundo en el que la única constante es el cambio.
A los 18 años, Diego Cisneros reunió todos sus ahorros para pagar la cuota inicial de un camión, en Caracas. Nunca imaginó que este sería el primer paso para construir una compañía familiar que ha crecido y se ha transformado y reinventado un sinnúmero de veces a lo largo de un siglo, hasta convertirse en un conglomerado transnacional que hoy cuenta con participación en más de 30 empresas de los sectores de la comunicación, las telecomunicaciones, la publicidad, el turismo y el desarrollo inmobiliario.
En estas páginas, Gustavo Cisneros hace una crónica del proceso de transformación empresarial que ha tenido la Organización Cisneros desde su fundación (a manos de su padre, Diego), pasando por su propio liderazgo y hoy en día bajo la dirección de su hija Adriana. Un caso de éxito empresarial fascinante, lleno de lecciones para triunfar en un mundo en el que la única constante es el cambio.